martes, 3 de junio de 2014

Errores del branding

A poner atención, a evitar estos errores, y si se han cometido a tratar de solucionarlos de la mejor manera y a no volverlos a repetir…


Foto: afcontext.com
Errar es humano, pero reconocer los errores es de valientes. Por esta razón, queremos destacar los errores más comunes que comenten las marcas en el mundo del marketing, con el fin de sugerir cómo remediarlos o evitar caer en ellos.
Por supuesto que la lista de faltas podría ser interminable, sin embargo, destacaremos los que consideramos, dentro de la cotidianidad, que podría ser la más perjudicial para la marca.

1. Tirar la toalla al primer tropiezo: Aunque planeemos hacer las cosas bien, los gerentes de marca también cometemos errores, o nos encontramos con situaciones inesperadas que hacen que nos volvamos los más rápidos a la hora de tomar decisiones ante los cambios del entorno. ¿Y si su marca también es de las que pasa del tropiezo al éxito?

2. Dejar envejecer la marca: Por descuido del gerente de marca o desconocimiento, se olvida que el tiempo no pasa en vano incluso para el mundo del branding. El brand manager debe estar pendiente, pues cuando menos se lo imagina su marca empieza a presentar los síntomas de envejecimiento, y es justo ahí donde se deben tomar decisiones. Las soluciones más comunes son el rejuvenecimiento de marca o seguir el camino de las retromarcas.

3. Dejar que se comoditice su marca: Un jefe de marca debe luchar por la valorización de su marca y de la categoría. La idea es nunca emprender acciones que “perrateen” el mercado. Sin embargo, ¿qué ocurre cuándo es el competidor quien se empeña en este tipo de tácticas que destruyen el mediano y largo plazo? ¿O cuando por alguna razón ya la marca se ha vuelto commodity? ¡Jamás caiga en la trampa de involucrarse en la guerra de precios!

4. Tratar de posicionar la marca en lugares inapropiados: Por supuesto que todos queremos lograr que nuestra marca esté de primera en la mente y en el corazón de nuestros consumidores. Sin embargo, por desespero u ofertas favorables que nos presenten, la marca no debe aparecer en todos los lugares, es más, así como existen lugares calientes para pautar, no olvidar que están los lugares extra-congelados para hacerlo.

5. Dar respuestas incorrectas: Por la prisa del día a día, la sobrecarga de trabajo, el afán de vender o quizá, la impotencia al ver cómo una persona destruye nuestro producto, las marcas dan la respuesta incorrecta al consumidor.
Así vemos casos de publicidad engañosa, con faltas de ortografía, de imágenes que sobrepasan los productos reales, de irrespeto al consumidor e incluso, frases de cajón donde nos queda muy claro como consumidores que el community manager no leyó nuestro mensaje y se dedicó a dar un copy-paste rápido de la respuesta “multi-casos” de un libreto.
¿Qué hacer en estos casos? Es fundamental saber gestionar la mala reputación de la marca o dar una respuesta correcta a la crisis.

6. Fotos sin nombre del producto: Es común que los alimentos y bebidas quieran destacar el concepto de apetitosidad de su marca y así incrementar el consumo. Una de las formas más acertadas de lograrlo es con imágenes al interior del punto de venta, las cuales se expresan en el menú, en las pantallas distribuidas en el establecimiento o en sus vitrinas.
La inversión destinada en crear los alimentos con su mejor cara para la foto, los honorarios del fotógrafo y del diseñador, el alquiler del estudio, la impresión, y demás costos y gastos de esta labor casi que se pierden cuando la marca olvida poner el nombre del producto que dé cuenta de la imagen tan deseada.
Hermosa la imagen, absolutamente provocativa, ¿pero cómo pedirla? Si la idea es hacerle más fácil la vida al consumidor, ¿para qué hacerlo incurrir en procesos adicionales o facilitarle el camino para que no consuma?
Casi que con señalética (ni siquiera branding) basta para solucionar este tema. Es fácil y hace que de verdad se logre el objetivo.

7. Cometer un error en los elementos de marca: En los elementos de marca (EMA) no se puede fallar, y cada día son más los casos donde vemos el naming inapropiado, la mascota publicitaria con la gestión más anti-ventas posible, la imagen de marca menos acertada o la peor aplicación de la carta de colores (cuando existe carta de colores).

8. Olvidarse de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE): Retribuirle a la sociedad es una obligación. La meta de una marca no puede ser vender y vender a como dé lugar. ¡Jamás olvidar que se está en un entorno donde la marca es una privilegiada, gracias al know how que ya hace parte de su patrimonio!
Nuestra recomendación es tan sencilla como “zapatero a tus zapatos”. Así, si fabricamos alimentos podríamos trabajar por la desnutrición o si la marca ofrece productos médicos, podría enfocar parte de sus esfuerzos a la salud.  Si se aplica esto de “zapatero a tus zapatos”, sin duda alguna, se es más fácil porque ya se tiene el conocimiento en esta materia, se logra un posicionamiento más coherente de la marca, se puede conseguir free press, y lo mejor: se logra impactar positivamente una parte de la sociedad y dejar un granito de arena.

9. Olvidarse de lo que las ha hecho triunfar: Todos los jefes de marca hemos tenido logros de los que nos sentimos orgullosos y seguro, muchos de ellos nos han permitido avanzar en los indicadores de branding. Por el afán de innovar y crear nuevas alternativas estos buenos momentos no se deben olvidar, al contrario, deben ser el inspirador número uno a la hora de pensar en el siguiente paso. Estos son los aspectos que hacen parte de lo más sagrado del posicionamiento de la marca y del ADN.

Tomado de: expertosenmarca.com